1/02/2006

Una imagen de muerte

Uno se imagina la embarcación cargada hasta los topes varando en la arena y las personas que transportaba dispersándose aprisa por la playa y entre los invernaderos. El cabecilla o patrón se retrasa vierte una lata de gasolina sobre la cubierta y le prende fuego. El retorno es imposible, y la policía carece de huellas para una investigación. Si acaso no fuesen inmigrantes, porque es una barca de 10 m de esolora y con tres motores de 100 hp, serían traficantes de droga, e igualmente una imagen de muerte, aunque bien distinta.