1/01/2006

Fotografía

1. Introducción. La palabra fotografía etimológicamente signi­fica escritura con luz, del griego fotos, luz, y grafos, escritura. Su introducción en el lenguaje se remonta al año 1839. El objeto de la fotografía consiste en la obtención de imá­genes por la acción de una radiación (generalmente la luz) sobre sustancias sensibles y la perpetuación de dichas imágenes. Podemos, por tanto, distinguir dos fases en la obtención de una fotografía: 1°) La formación de la imagen, y 2°) la perpetuación de la misma. La formación de la ima­gen tiene lugar en la cámara fotográfica y, precisamente, en el plano focal del objetivo, por efecto de la radiación empleada; se trata de un fenómeno de naturaleza óptica. La perpetuación de la imagen formada se lleva a cabo por fenómenos fotoquímicos, efectuándose una transfor­mación permanente de la sustancia fotosensible; ésta va colocada dentro de la cámara, en el plano focal del objetivo, con el fin de recoger la imagen formada. En la convergencia del progreso de la óptica y de la química tiene lugar el nacimiento y desarrollo de la fotografía. La cámara fotográfica es, en esencia, una cámara oscu­ra. No se sabe de cuándo datan las primeras observacio­nes del fenómeno de la cámara oscura, es decir, la for­mación de imágenes por acción de la luz a través de un orificio; pero parece ser que ya era conocida en China hace 25 siglos. El primero que la describió de un modo completo fue Leonardo da Vinci (1452-1519), pero su manuscrito no fue publicado hasta el s. XVIII, por lo que apareció antes la descripción hecha por Giovani Baptista della Porta en 1558 en su libro Magiae naturalis. Más ade­lante, en 1568, Danielo Bárbaro, indica la conveniencia de colocar una lente en el orificio de la cámara para me­jorar la imagen formada. El aparato fotográfico moderno está constituido en esencia por esos mismos elementos. El primero que utilizó la cámara oscura para hacer fotografía fue Joseph Nicéphore Niepce (1765-1833); después de varios años de experiencias, obtuvo la primera vista con una cámara en 1826. Pero el que popularizó este dispositivo para la toma de fotografía fue Louis Jacques Mande Daguerre (1787-1851). La cámara de Daguerre fue provista de óp­tica por los hermanos Charles y Vincent Chevalier. El objetivo de esta cámara consistía en una lente doble, ob­tenida de un menisco de Wollaston perfeccionado. Las sustancias fotosensibles más empleadas en el pro­ceso fotográfico son las sales de plata. Las primeras observaciones de la sensibilidad de estas sales fueron registradas por Plinio en el s. I, que observó la acción de la atmósfera sobre plata metálica. Geber en el s. VIII, estudia el oscurecimiento del nitrato de plata, atribuyén­dolo a la acción de los vapores de la atmósfera. Fue Johann Heinrich Schulze (1687-1744) quien por primera vez atri­buyó este fenómeno a la acción de la luz. Continuando los trabajos de Schulze, Thomas Wedgwood (1771-1805) logró obtener imágenes de objetos estacionarios, pero no pudo hacerlas permanentes, debido a que no encontró el medio de disolver el exceso de sal de plata no afectado por la luz. Sir John F. Herschel (1792-1871) resolvió este problema en 1819 por medio del tiosulfato sódico, que empleó como disolvente del haluro de plata residual (fijado de la imagen), obteniendo imágenes permanentes. Este fijador es el empleado actualmente. 2. El proceso fotográfico. Análogamente a lo que sucede en el fenómeno de la visión, en este proceso vienen tres factores: a) El estímulo. Lo constituye la energía radiante. A conjunto de todas las radiaciones conocidas, representadas ­según su longitud de onda, se le da el nombre de espectro electromagnético. Los siguientes tipos de radiaciones impresionan los materiales fotográficos, pudiendo por tanto obtenerse ellos fotografía: los rayos cósmicos, registrando sus trayectorias, los rayos gamma, dando lugar a la gammametría, radiografía de gran interés en la industria; los haces de electrones a gran velocidad (microscopio electrónico); los rayos X, dando lugar a la radiografía médica indu­strial, etc.; la radiación ultravioleta, de interés científico y técnico; la radiación visible (ésta es la fotografía más generalizada); la radiación infrarroja, de interés en muy diver­sos campos, como en astronomía, fotografía aérea, etc. Existe un nuevo método de fotografía tridimensional, obtenida mediante la luz coherente de un láser; este método recibe el nombre de holografía y los registros fotográficos obtenidos se llaman hologramas. Nos ocuparemos de la fotografía con radiación visible. La cámara fotográfica consta en esencia de los siguientes ele­mentos: el cuerpo de la cámara (de muy diversos formatos); un dispositivo para colocar, el material sensible; un visor para encuadrar la escena un dispositivo de enfoque; un ­objetivo con diafragma y un obturador, siendo éste el elemento más importante de la cámara. La imagen . forma al pasar la luz a través del objetivo. La luz actúa sobre el material sensible se controla con el diafragma y el obturador. El objetivo es un sistema convergente, formado por una o varias lentes. La fidelidad de la imagen formada ­depende de la calidad del objetivo. Según el campo que cubran, los objetivos se dividen en: a) normal, cuan­do la distancia focal del objetivo es aproximadamente del orden de la diagonal del formato; b) gran angular, cuando la distancia focal es menor que la diagonal, con lo que el objetivo cubre un campo mayor, y c) teleobjetivos, cuando la distancia focal es mayor que la diagonal. Generalmente se utilizan combinaciones de lentes positivas y negativas para conseguir una dimensión mecánica más ­corta que la que correspondería a una lente de esa focal. Actualmente se emplean ya los objetivos focal variable mediante desplazamientos de unas lentes en relación con las otras, permitiendo una gran variedad de enfoques. El objeto del diafragma es graduar la luz que penetra en la cámara. Generalmente se utiliza el diafragma de : está dotado de láminas móviles que permiten variar la apertura. El diafragma va incluido en la montura del objetivo y lleva marcada una numeración que permite modificarla. A función del obturador es controlar el tiempo de ac­ción de la luz sobre el material sensible. Actualmente se construyen los obturadores electrónicos en los que la apertura y el cierre está regida por un circuito electrónico. b) El receptor. Está constituido por los materiales sensibles que tienen que ser sometidos al proceso químico para perpetuar la imagen. Los materiales fotográficos están constituidos por un soporte (vidrio, celuloide, acetato, poliéster, papel, etc.) recubierto por una dispersión de haluro de plata cristalino en gelatina, lla­mada emulsión. Las emulsiones negativas llevan general­mente bromuro de plata y pequeñas cantidades de yodu­ro, mientras que las emulsiones para papel están consti­tuidas por cloruro de plata, bromuro de plata o ambos. Las sales de plata sólo son sensibles a la radiación azul, pero puede extenderse su sensibilidad. Un material se llama ortocromático cuando su sensibilidad incluye la ra­diación verde, y si también abarca la radiación roja se llama pancromático. La luz que actúa sobre el material sensible, forma en él una imagen que no es visible (imagen latente) ; para hacerla visible es necesario someter el material a un tra­tamiento, generalmente químico, llamado revelado. Las sustancias empleadas en el revelado son de carácter re­ductor, las cuales reducen a plata metálica los cristales o granos de sal de plata (generalmente haluros) que han sido afectados por la luz. Después es necesario someter el material a un fijado, es decir, disolver la sal de plata residual, con el fin de que la imagen se haga permanen­te, pues de lo contrario se velaría al someterla a la acción de la luz. Con este proceso se obtiene un negativo foto­gráfico, es decir, una imagen en la que las claridades están invertidas: las grandes luces aparecen oscuras y las sombras claras. Para obtener una imagen con la grada­ción de claridades de la escena fotografiada, ha de repe­tirse el proceso tomando el negativo obtenido como ob­jeto original. La imagen final, llamada positivo, puede obtenerse por ampliación del negativo, en una ampliado­ra, o por contacto, teniendo en este caso las dimensiones del negativo. c) La respuesta: exposición, densidad y contraste. Una de las diferencias fundamentales entre el ojo y el mate­rial fotográfico estriba en que el ojo responde a diferen­cias de luminancia, mientras que el material lo hace al total de iluminación recibida, o sea, el producto de la intensidad I por el tiempo t, llamada exposición, E=It. El efecto de la exposición sobre el material sensible es un ennegrecimiento que se mide por la densidad, que es el logaritmo de la relación entre la intensidad de la luz incidente y la intensidad de la luz transmitida: D= log Io/It siendo Io=intensidad de la luz incidente e It=intensidad de la luz transmitida. Para cada material y unas condiciones de procesado determinadas, se puede obtener una curva, llamada curva característica, que relaciona la densidad con el logaritmo de la exposición. A partir de esa curva se pueden estu­diar muchas características del material, entre ellas el fac­tor de contraste llamado g (gamma), que tiene gran inte­rés. Los materiales fotográficos más utilizados presentan gammas comprendidas entre 0,5 y 5,0. Un material de gamma alta, tiene contraste elevado y reproduce pocos tonos de grises; este tipo de materiales se utiliza en tra­bajos de reproducción de dibujos, líneas, etc. Los mate­riales de gamma baja reproducen muchos tonos de grises y se emplean en fotografía de retrato, aficionado, etc., y siempre que sea necesario registrar escenas que presenten amplia escala de luminancias. Ángeles de la Vega, Enciclopedia GER, Rialp, Madrid, 1971.